Murcia, 9 de septiembre de 1766
La recolección y conservación de la nieve suponía un enorme negocio, ya que junto con sus aplicaciones terapéuticas, se transformaba en aguas frías, horchatas y todo tipo de refrescos. El “agualojero” era un tipo frecuente en las calles de las ciudades, que a veces se saltaba las ordenanzas sobre higiene y salud pública, tanto en la calidad de los recipientes donde llevaba su producto como en la evacuación de los restos al final de la jornada.
El Señor Dn Joaquin de Paz, Rexidor, hizo presente haverse notado la indezenzia y poco aseo con que se halla la calle de la Traperia, una de las mas prinzipales de esta Poblazion, a causa de que Jines Truxillo, agualexero (s), vierte a ella todas las aguas y salitres de la nieve y demas immundas que produzen sus maniobras, siendo esto notable perxuizio a el comun, no solamente por el impedimento para el trafico de las jentes si no es tambien por el mal olor y no buenos efectos que se siguen de ello al vezindario, sobre que la Ciudad resolverá lo combeniente. Y haviendolo oydo, Acordó que los Cavºs fieles executores zelen el que por el dhº Jines ni otro de igual exerzizio se viertan a las calles publicas aguas inmundas, y sobre su observanzia den todas las providenzias que tengan por combenientes.